jueves, 30 de octubre de 2008

HORACIO CLEMENTE




A los 17 años se inició como periodista en la redacción de un diario. Más tarde, entre 1955 y 1960, la editorial Abril lo contrató para escribir guiones de historietas, tales como Misterix, Rayo Rojo. En 1966, Beatriz Ferro le encarga los primeros cuentos para chicos, se trataba de adaptaciones de Las mil y una noches, que se publicaron en la colección Los Cuentos de Polidoro (Centro Editor de América Latina).También incursionó en la fotografía profesional.En 1979, vuelve a publicar cuentos infantiles en suplementos de diarios, y en la revista Humi. Hacia finales de los años 80 Graciela Montes, editora por ese entonces de Libros del Quirquincho, selecciona y publica cuatro libros de su autoría.Algunos de sus libros son: El obelisco de Buenos Aires (Libros del Quirquincho), El zoológico por afuera (Libros del Quirquincho), Vidas de artista (Libros del Quirquincho), La gallina de los huevos duros (Sudamericana), El chancho limpio (Sudamericana), Amores imposibles y otros encantamientos (Colihue), De viaje (Edebé).




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Jugando con las palabras:
Diálogo porteño


-¡Oiga!... ¡Diga!...
- ¿A mí me habla?
-Sí. ¿Conoce la calle Artigas, maestro?
-¿Maestro yo? ¡Si apenas terminé la primaria! Tuve que ayudar a mi papá desde chico.
-¿Qué me está diciendo, mozo?
-Eso sí que no lo hice, ¿Ve? De mozo nunca trabajé.
-Estoy apurado, hermano. ¿Conoce o no conoce esa calle?
-Siempre me dijeron que era hijo único, ¿hermano de dónde?
-¿Me está tomando el pelo, compañero?
-Le aclaro: peluquero tampoco soy. En cuanto a lo de compañero… ¿De qué colegio?
-Amigo: la calle Artigas.
Amigo puede ser mientras no me pida plata.
-¡Vamos, viejo, si lo único que le pido…!
-Viejo no: me queda mucha cuerda todavía.
-¡Nene: no me haga bromas!
-Tampoco hay que exagerar; hace años que dejé el chupete.
- ¡Dale, negro!
-Un poco quemadito nada más, y por el sol.
-Qué complicado es usted, tío.
-Más tío será su abuelo.
- Me está aburriendo, loco; ¿sabe o no sabe?
-Bueno…Dicen que los locos son los más sabios…
-Lo único que quiero es encontrar esa calle, joven.
-¿Usted cree? ¿Qué edad me da?
-Me ganaste flaco, abandono.
-¿Flaco con noventa kilos?... Mire, si busca esa calle
pregúntele a aquel señor.
-¿El mono que viene allá? ¡Gracias, m`hijo! ¡Oiga!...
¡Coso!... ¡Che!... ¿Conoce la calle Artigas, maestro?
De Horacio Clemente, Libros del Quirquincho.
El autor en el cuento anterior utiliza el VOCATIVO que es una función gramatical que sirve para llamar, invocar o nombrar a una persona o cosa personificada. Entre otros están los nombres de personas, las relaciones de parentesco, los títulos profesionales. Ejemplo: JUAN, alcánzame el libro; ¨TÍO, ¿me pasás a buscar?; DOCTOR, firme el expediente.

4 comentarios:

Michael Muniz dijo...

hola buen texto

Michael Muniz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Por que se le llama dialogo porteño?

Unknown dijo...

A que se debe eso?